Cueva del Agua y castillo en Tíscar




La primavera pasada decidimos llegarnos a Tíscar para ver la Virgen y su cueva. Fue de camino de pasar un fin de semana en la Sierra de Cazorla. El domingo por la mañana salimos del alojamiento rural en el que nos hospedamos y tras casi dos horas de coche, pasando por La Iruela y Cazorla, llegamos a Quesada, buscamos la carretera hacia Tíscar y recorridos 15 kilómetros llegamos. La zona donde está la cueva la encontramos antes de llegar al pueblo. Hay que estar atento porque hasta que no llegas no ves las indicaciones.
Lo primero fue entrar al santuario para ver rápido a la Virgen ya que iban a cerrar hasta la tarde. Como era pronto buscamos el camino para subir al castillo. Dimos unas vueltas hasta que lo encontramos detrás de unas casas. No existe un camino hecho para subir, es orientarte bien para encontrar las primeras escaleras. Escaleras metálicas oxidadas y con una baranda que no me pareció muy segura. Daba la sensación de abandono, de que el castillo no estaba preparado para recibir visitas. Al llegar a la puerta comprobamos que era así, pues la puerta estaba cerrada y pasamos agachándonos ya que le faltaba la parte de abajo.

Santuario visto desde el castillo

El castillo es pequeño y está derruido, sólo conserva una torre. Se construyó en una roca llamada Peña Negra. De origen musulmán, fue conquistado en el año 1319 por el infante Pedro de Castilla y se construyó la torre del homenaje. Tuve que descansar varias veces para recuperar el aliento, y cuando lo hacía, pensaba en cómo pudieron subir (escalar) para conquistarlo.

Puerta de la torre del homenaje 



Suelo del castillo


Lo mejor del castillo, las vistas.


Cuando bajamos fuimos derechos a comer. Lo hicimos allí mismo en el restaurante que hay junto al Santuario, no teníamos ganas de coger el coche otra vez. El restaurante tiene un salón muy acogedor y la comida estaba buenísima. Los camareros y el dueño saludaron a personas de varias mesas y para mi eso es clientela fija que está contenta y vuelve.
Nada más acabar de comer fuimos a ver la cueva. Era muy temprano y no había apenas nadie y pudimos hacer fotos bonitas.
La entrada es original: un túnel de 10 metros de largo por 1 metro de alto. Nada más pasar ves la gran abertura que el agua del río Tíscar ha ido haciendo en la piedra caliza del Monte del Caballo.



Podrás ver muchas cascadas y saltos de agua.





Vistas desde la entrada


Allí hay una imagen de la Virgen y muchas ofrendas.

En el centro hay una imagen de la Virgen

Dice la historia que los moros dueños del castillo pensaban que los cristianos querían conquistarlo sólo por recuperar una imagen de la Virgen María. Ellos la lanzaban continuamente hasta la Cueva del Agua y la imagen volvía a subir. Hasta que un día la rompieron en mil pedazos, y cuando conquistaron el castillo los cristianos la mandaron a restaurar a Toledo pero milagrosamente la imagen volvió a la cueva y allí le hicieron el santuario.

Da igual cuál sea el motivo de la visita, si religioso o turístico. Merece la pena acercarse hasta aquí.

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